domingo, 13 de noviembre de 2011
miércoles, 31 de agosto de 2011
miércoles, 17 de agosto de 2011
Emash Art Calligraphy & Co han creado nuestro logo
- de la cual somos parte-
ha creado nuestro nuevo logo
que tenemos el gusto de presentaros:
martes, 12 de julio de 2011
mezquita Sidi Sayid
 
 La mezquita fue construida por Sidi Sayid, esclavo Ahmad Shah, en el año 1573.  
La mezquita es famosa por sus tracerías de piedra y los adornos del árbol de higuera de Bengala en sus ventanas. Se encuentra cerca de la Darwaza Lal (Red de puerta de enlace) y está muy cerca de la final del río de la carretera del Socorro .
India, Gurajat, Distrito de Ahmabad
sábado, 9 de julio de 2011
El arte de la simetría en el Arte musulmán
Constructs of Symmetry in Islamic Art
by Terry Allen
Pese a estar en inglés, los que no sepáis,
podréis disfrutar, de unas preciosas fotografías
- o consultar uno de esos maravillosos traductores online-
viernes, 8 de julio de 2011
arabescos
Si os interesa la ejecución de arabescos, 
en este enlace, hay información muy pertinente 
e  interesante...
jueves, 7 de julio de 2011
Agricultura- alimentación
AGRICULTURA EN AL ANDALUS
 Aquí  tenéis una relación de las principales especies cultivadas en Al  Andalus (las que tienen un arterisco rojo * son de origen anterior,  fundamentalmente romano)
Arboles frutales: cítricos (desdeMalasia a Persia y Yemen), nísperos, palmeras * (de origen fenicio), granados (desde Siria), higueras*, castaños *, nogales*, olivos* (fenicios), manzano*, peral*, membrillo*, cerezo, melocotón, palmito, avellano, sabina, ciruelo, morera, almendro*, algarrobo, plátanos (India), azufaifo, 
Especias de condimentación: laurel*, comino, romero*, tomillo*, menta, lavanda*, albahaca*, anís, manzanilla, alcanfor, perejil*, apio*, alcaravea, comino, pimienta, mejorana, clavo, toronjil, mandrágora, ajo*, opio, azafrán, cilantro*, ortigas*, alheña, mostaza negra, jengibre, ruda, zarzamora, sésamo, ajedrea, orégano.
source
martes, 5 de julio de 2011
Las hormigas en Ibn al-Awwam (siglo XII)
The ants in Ibn al-Awwam- Abu Zacaría- (XII century)
En el siglo XVIII se descubrió  en la Biblioteca del Escorial un manuscrito árabe compuesto por 426  folios de papel de algodón. Se trataba de un extenso e importantísimo  tratado de agricultura del siglo XII escrito por el sevillano Ibn  al-Awwam, también llamado Abu Zacaría. El autor empleó numerosas fuentes  grecolatinas, nabateas y árabes, que unió a su larga experiencia y  conocimientos en la materia.
 El Libro de Agricultura -Kitab al-Filaha-,  describe los diferentes tipos de tierras y labores, estudia cerca de  700 plantas y árboles frutales, y se ocupa de veterinaria y apicultura.
En  1802 fue traducido al español por José Antonio Banqueri (Imprenta Real,  Madrid), de donde he tomado el texto que sigue, adaptando la  ortografía. Al-Awwam, como no podía ser menos, se ocupó de las hormigas  que afectaban a plantas y árboles frutales, y lo hizo de manera práctica  y sin concesiones a la fantasía.
En  uno de los párrafos menciona unas hormigas “pequeñitas como átomos de  olor fétido” que atacan ciertos árboles. Quizá alude a las ubicuas y  pequeñas obreras negras  del género Tapinoma, tan abundantes en  mi Sevilla natal, capaces de establecer una amplísima red de senderos  que conducen sucesivamente a árboles distantes del nido principal.
Ilustración de un manuscrito árabe andalusí sobre agricultura
Medios para repeler las hormigas de los árboles
Sobre  reservar los árboles del daño de las hormigas, dice Abu-el-Jair, que se  estorba la subida de ellas en la higuera y el cabrahígo, si alisando y  bruñendo muy bien un palmo del tronco todo alrededor por donde no tenga  tosca la corteza con hueso o piedra lisa, se unta la parte superior e  inferior con almagra desleída en agua, pues así las hormigas no se le  acercan. Otros dicen, que el mismo efecto se logra untando el tronco con  mezcla de alquitrán y estiércol desmenuzado. Que si con la misma se  embarra el sitio donde la rama u otra parte verde del árbol hubiere  sufrido algún corte, se le suelda aquella herida. Y finalmente, que  sahumando el sitio acometido de hormigas con raíces de tuera perecen  todas las que hallaren este olor.
Sahumando  con las hormigas, langostas y escorpiones, de que respectivamente venga  el daño, el sitio de que estos insectos fuere acometido, huyen de allí  los demás, según Kastos; el cual añade, que acaso sucede lo mismo  haciendo igual uso de los otros insectos en lugar de los de la  respectiva especie, y que sahumando las hormigas con raíces de tuera,  huyen de aquel olor. Según escriben algunos Agricultores, y Wázeg,  rociando poleo y alcrebite bien molido hacia las bocas de los  hormigueros y de los enjambres de avispas, abejas y tábanos, se  exterminan estos insectos. El vicio de lacerarse y encogerse las hojas  de los árboles, llamado bákarad, de que (según Háj Granadino) suele ser  acometido especialmente el durazno y el ciruelo, proviene de dos causas:  de las cuales una es ser muchas las hormigas en aquel árbol o en otros  semejantes, a saber: las pequeñitas como átomos de olor fétido, las  cuales dañando las raíces y las yemas se engendra en ellas como especie  de maná glutinoso nada dulce, que se pega a la mano, y que no dejando de  ir en aumento hasta un grado dominante, las corrompe y seca. La segunda  causa es haber el mucho estiércol arrugado las hojas del durazno,  ciruelo, peral y semejantes, haciéndolas pasar de su regular estado al  de laceradas; pues juntándose en ellas el calor del sol con el de aquel  estiércol se encogen, como sucede al cabello que tiene el fuego cerca,  el cual ensortijándose se abrasa luego. Así, el remedio para cuando se  descubrieren tales hormigas en el árbol será formar en su tronco, de pez  o barro a manera de taza que lo circunda, para que llegando las  hormigas al agua de que ha de estar llena, no pasen adelante a la parte  superior del árbol, sino que repelidas se vuelvan al pie. O echando  junto a éste huesos de palomas torcaces untados de miel, así que en  ellos se hayan prendido las hormigas se arrojarán al agua lejos del  árbol o a tal distancia que no vuelvan a él. O a más de esta se hará y  repetirá otra operación semejante hasta limpiar dichas hormigas, sin  dejar de ejecutarla en las ramas de que se hubieren colgado hasta que  caigan todas, conviene a saber, rociándolas con agua en que se hayan  infundido ajenjos un día y una noche; pues así queda libre el árbol de  las hormigas, que por este medio desaparecen. Si este encogimiento o  contracción de las hojas proviniere de haberse la tierra quemado mucho  con el estiércol, o de estar el árbol en tierra negra, cuya superficie  se haya quemado con la mucha copia del mismo, o en paraje falto de agua,  sanará de aquel vicio excavándole ante todo y retirándole la tierra del  pie y raíces, cubriéndole estas mismas con el residuo de la tierra de  los alfahares, especialmente la bermeja (que para esto tiene virtud)  juntamente con guijo suelto, y regándole cada cuatro días. Y si al  tiempo de descubrirse aquella contracción en sus hojas se le amontonaren  piedras hacia el pie, se ahuyentarán enteramente aquellas hormigas  pequeñas. Según la Agricultura Nabatea, si el vaso que contuviere miel o  cosa semejante de las que buscan las hormigas, se tapa con lana blanca  cardada de carnero, no se le acercan tales insectos, e igual efecto se  logra si se le rodea de la misma. Susado dice, que poniendo piedra imán  atractiva del hierro hacia la boca del hormiguero, no salen afuera las  hormigas y se retiran al centro de la tierra; que tampoco se acercan al  montón de trigo, poniéndola en medio de él; y que el murciélago muerto  tiene la misma virtud.
- publicado por José María Gómez Durán- 
Ibn Hazm de Córdoba
"Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles,
y mostrad vuestra ciencia para que se vea quién es el que sabe.
Y es que aunque queméis el papel
nunca quemaréis lo que contiene,
puesto que en mi interior lo llevo,
viaja siempre conmigo cuando cabalgo,
conmigo duerme cuando descanso,
y en mi tumba será enterrado luego"
y mostrad vuestra ciencia para que se vea quién es el que sabe.
Y es que aunque queméis el papel
nunca quemaréis lo que contiene,
puesto que en mi interior lo llevo,
viaja siempre conmigo cuando cabalgo,
conmigo duerme cuando descanso,
y en mi tumba será enterrado luego"
(Trad. de José Miguel Puerta Vílchez) 
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