domingo, 16 de enero de 2011

Etapas y ceremonias de la vida -y de la muerte-

Los médicos andalusíes nos han dejado algunos datos sobre el cuidado de los niños que debía comenzar con la elección de la nodriza, cuyos requisitos eran: edad entre 20 y 30 años, temperamento adecuado y cuerpo nutrido y sano. La leche debía ser equilibrada: ni muy grasa ni muy floja, de color blanco, sabor dulce y compacta, sin grumos. El regimen dietético de las nodrizas  debía ser: rico en proteínas, azúcares y grasa, debían hacer ejercicio y tener buena disposición digestiva.
Al recién nacido, según ibn al Jatîb: 'En primer lugar, se le cortará el cordón umbilical a cuatro dedos de su origen, cosiéndolo con hilo de lana de excelente torcida y aplicándose sobre la zona de corte un corte empapado en aceite o espolvorear con drago y tragacanto o mirra.' A continuación debía ser lavado, e Ibn al Jatîb recomendaba una exploración del tronco, miembros y cabeza, comprobación de que podía orinar, juntar manos, aproximar rodillas, etc. Afirmaba que el niño debía ser destetado a los dos años. Por el, tambien conocemos que se hacían asientos especiales y juguetes para los niños. hasta los catorce años no se les sangraba, ni se les trataba con fármacos, salvo en casos de extrema gravedad. A los seis o siete años comenzaba con un maestro de lectura.  A los siete días de su nacimiento se le imponía nombre (si era varón el del abuelo paterno).
El primer acto social del niño como muslim era la circuncisión (y se consideraba un acto piadoso realizarla colectivamente, el niño de familia noble junto con otros de su mismo nivel o inferior). La comida festiva de la circuncisión -'idhâr- corría a cuenta del padre o del abuelo.
El último acto es su  muerte, funeral y entierro. Al morir, debía pronunciar la shahada, levantando el índice, testimoniando su fe monoteista.
El luto de los  omeyas fue blanco, el de los taifas, negro, el de los almohades, azul, el de los nazaríes granadinos oscuro (azul o negro, según al-Maqqari), pero Münzer dice que las mujeres granadinas lo llevaban blanco.
Los cementerios eran sencillos, extramuros, con árboles y jardines. Las tumbas humildes: una fosa estrecha, en que el cuerpo descansaba sobre el costado mirando hacia la Meca.
Cuando se trata de notables, suelen aparecen inscripciones funerarias. 
Las de reyes y algunos nobles, podían ser de mármol, presentar historias en epitafios en prosa, estar protegidas por templetes cubiertos por una cúpula.

fuente: El Islam en al-Andalus

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